Receta de Rosquillas caseras de la abuela
Las rosquillas de la abuela son más que un simple postre, son un viaje nostálgico a nuestra infancia, a esos momentos donde el aroma dulce y tentador inundaba la cocina llenando cada rincón del hogar de magia. Esta elaboración crujiente por fuera y suave por dentro que se deshace en el paladar, es el resultado de una receta tradicional que ha pasado de generación en generación.
Por ello, en RecetasGratis te enseñamos cómo hacer rosquillas caseras de la abuela. ¡Prepárate para evocar memorias!
Ingredientes para hacer Rosquillas caseras de la abuela:
Cómo hacer Rosquillas caseras de la abuela:
Para hacer las rosquillas de la abuela, empieza colocando en un bowl el huevo y la leche. Mezcla utilizando un batidor de globo y bate hasta que el azúcar se disperse en el huevo. En este momento, puedes agregar un saborizante como la ralladura de limón, naranja o esencia de vainilla.
Incorpora el aceite junto con la leche y el licor de anís. Si deseas, puedes reemplazar la leche por jugo de naranja para aromatizar aún más la mezcla.
Vuelca de golpe la harina y el polvo de hornear o bicarbonato de sodio, mezcla con una espátula de goma. Cuando la mezcla se vuelva densa, pegajosa y ya no se pueda mezclar con la espátula, termina de amasar con las manos, pero solo hazlo hasta que todos los ingredientes se hayan unido en una masa pegajosa.
Truco: si se sobre amasa, se desarrollará el gluten y quedarán unas rosquitas más duras.
Cubre la masa con papel film en contacto y deja que repose por lo menos 30 minutos.
Es momento de dividir la masa. Para hacerlo, primero embadurna tus manos con aceite y, luego, separa una bola de masa que quepa en la palma de tu mano y boléala.
Con el dedo pulgar, haz un agujero en el centro de la masa y, cuidadosamente, estírala dándole forma de dona.
Fríela en abundante aceite. El aceite debe cubrir por completo las rosquillas y debe estar previamente caliente, alrededor de los 160 °C-170 °C. Al momento de sumergir la masa, asegúrate que quede de forma circular y que no caiga deforme.
Notarás que a los pocos segundos las rosquillas empiezan a flotar. Déjalas por un par de minutos para que doren y, luego, con la ayuda de un tenedor o una espumadera, dales vuelta para que doren también del otro lado.
Retira la rosca de aceite y colócala sobre una rejilla o una placa con papel. Repite este proceso con el resto de la masa.
Si te gustan que las rosquillas tengan la clásica cobertura de azúcar, en una bandeja mezcla azúcar blanco granulado con la canela en polvo. Ahí coloca las rosquitas.
Remueve la bandeja y, después, dales vuelta. Ahora ya puedes servir las rosquillas de la abuela y presentar a tus amigos, familiares o invitados con un recuerdo de infancia. ¡Listas! Cuéntanos en los comentarios tu opinión y comparte con nosotros una fotografía del resultado final.
Vídeo de Rosquillas caseras de la abuela
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Temperatura ideal para cocinar las rosquillas esponjosas de la abuela
Te proporcionamos los mejores consejos para alcanzar la temperatura ideal para cocinar las rosquillas:
- Asegúrate de que el aceite esté a la temperatura ideal. Para hacerlo, puedes utilizar un termómetro de cocina o pastelería, y debe medir entre 160 y 170 °C.
- Si no tienes un termómetro, puedes darte cuenta de que es momento de freír al introducir un palillo o una cuchara de madera; si comienza a burbujear, el aceite estará listo.
- Es importante que el aceite no esté demasiado caliente, ya que las rosquillas se dorarán muy rápido y quedarán crudas por dentro.
- Si el aceite está muy frío, las rosquitas absorberán demasiado aceite y quedarán grasosas.
- También, no frías muchas rosquillas al mismo tiempo porque esto puede bajar la temperatura del aceite y afectar la cocción.
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